El desayuno es una de las
cuatro comidas del día en la rutina de cualquier persona y, a diferencia de lo
que sucede con cualquiera de las otras tres comidas (almuerzo, merienda y
cena), el desayuno es altamente recomendado por todos los profesionales,
nutricionistas y médicos por considerárselo la comida más importante del día en
la cual la persona obtiene energías y vitaminas que le servirán para todo el
resto del día. Además, el desayuno es muy importante debido a que es la primera
ingesta que realiza la persona tras haber estado un número de horas en reposo
al dormir.
Se considera que del tipo de
desayuno que una persona realice, dependerá el tipo de día que tenga o sus
sensaciones, rendimiento, etc. En este sentido, siempre es recomendable
desayunar siempre y nunca saltarse esta comida, además de consumir en él algún
tipo de infusión con alguna combinación de alimentos que pueden ser proteínas,
frutas, cereales, lácteos, etc.
Obviamente, las costumbres en el desayuno
varían significativamente de acuerdo a las regiones y a las sociedades, así
como de acuerdo a las posibilidades de recursos que tengamos. Sin embargo, esto
no impide que en todas partes del mundo se puedan consumir buenos desayunos.
La importancia del desayuno
es central ya que es el primer contacto que el organismo tiene con diferentes
fuentes de energía. Si bien, las demás comidas son relevantes para ayudar a la
persona a mantenerse en buen estado a lo largo del día, el empezar sin
desayunar o con un mal desayuno (incompleto o con alimentos poco apropiados)
influirá directamente en cómo una persona se manejará durante la jornada. Hoy
en día es común dejar de lado el desayuno por cuestiones de rutina, de falta de
tiempo, de stress, pero esto no hace más que empeorar los rendimientos y
facilitar que el organismo funcione de manera incorrecta e incompleta.
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