En los comedores escolares,
por lo explicado en clase, se abusa demasiado de los fritos y de las patatas
que contienen un índice glucémico alto. Además los postres tampoco contribuyen
a la mejora de la salud del alumno/a.
Todos estos factores, además
de la dieta que le proporcionan los padres hacen que la nutrición de los
menores sea en ocasiones inadecuadas. Para corregirla deberíamos introducir
siempre agua como bebida, dejando de lado las
“fantas” o “coca colas”, y quitando los saleros de las mesas, ya que el
consumo excesivo de la misma eleva la tensión arterial. En relación con los
platos principales deben ser variados y contener la menor cantidad posible de
grasas trans.
Debe haber un equilibrio en
la dieta, en la que no se repitan el mismo tipo de comidas dos días seguidos,
por ejemplo, no poner en el menú semanal un día espaguetis y al día siguiente
macarrones o arroz.
A la hora de seleccionar el
tipo de carnes que se va a ofrecer, tenemos que optar por la carne blanca, por
ejemplo, si tenemos que elegir entre carne de ternera o pechugas de pavo o
pollo, elegiremos el pavo o el pollo.
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